









"Vendía vinos en la cancha del Sabalero"
Acaso el cantante de cumbia más escuchado por el ambiente del fútbol, el santafesino cuenta cuando hacía changas de pibe en el estadio de Colón y hasta dice que tocaría gratis para los jugadores. Además, su sueño: "Compartir un escenario con Maradona".
Anécdotas por doquier relata Leo Mattioli en sus temas. Le canta al amor, a Dios y a la vida, pero ¿y al fútbol? Quien no lo conoce podría sacar una conclusión acorde a su imagen mediática: Leo no tiene grandes historias con la redonda. Pero ojo, porque no es tan así: más allá de esas joyas que le cuelgan y de esa guitarra que lo acompaña donde sea, el compositor de cumbia romántica cuenta cuando hizo un show para el casamiento de un futbolista, cuando hacía changas en el Cementerio de los Elefantes y hasta sorprende revelando algunos datos familiares: "Mi viejo era campeón sudamericano de levantamiento de pesas, mi hermana es segundo dan de sipalki y mi mujer es ahijada de Pedro Pasculli", asegura Mattioli, mientras algunas fanáticas se aglomeran en la puerta del bar donde se hace la nota.
—¿Qué vínculo tenés con el fútbol, Leo?
—De pibe me apasionaba jugar a la pelota. Y mirá: hasta llegué a estar en la Liga santafesina. Me ponían arriba, de nueve. Luego, un accidente de tránsito que tuve durante una gira me impidió hacer muchas cosas. Tengo una prótesis en la cadera. Mi documento acusa 34 años, pero parezco de 40. Ya tuve tres neumonías y me tengo que cuidar demasiado: fumo mucho, aunque dejé de consumir bebidas alcohólicas. Por eso, ya estoy un poco alejado del deporte.
—Pero lógico que estás al tanto de que muchos jugadores te escuchan.
—Sé que tengo llegada a ellos, sí. Hace un tiempo canté en el casamiento de Nasuti, y había varios jugadores, aunque yo no los conocía. Y otra: una vez se me acercó un pibe, me abrazó, me pidió sacarnos una foto. "Sabés quién era, ¿no?", me preguntaron después. Yo no tenía ni idea, la verdad: era un jugador de San Lorenzo.
—¿Cuál?
—No, no, je, no lo voy a quemar. Después lo llamé por teléfono para ofrecerle disculpas porque no le había dado mucha bola.
—¿A Maradona lo conocés, Leo?
—Tengo una comida pendiente con él, la verdad. Hace poco le hicieron una nota y dijo que me escuchaba. Me encantaría compartir un escenario con el Diego, o invitarlo a cantar un tema. Como dije, mi mujer es ahijada de Pasculli y lo llegó a conocer a Diego cuando estaban en la Selección. Es más, yo compuse un tema, "Por qué será", que lo hice mitad en castellano y mitad en italiano porque así me lo pidió la esposa de Pedro.
—Sos santafesino, pero... ¿Colón o Unión?
—Soy simpatizante de Colón. Vivía frente a la cancha cuando era chico, pero no soy fanático. Es más, suelo hacer recitales en el estadio de Unión: me gusta mucho cantar ahí.
—¿Pero fuiste alguna vez a la cancha?
—Un par de veces. Y también lo llevé a mi hijo. De pibe sí que tengo unas cuantas historias, eso sí. A los 8 ó 9 años, por ejemplo, los días de los partidos vendía vinitos en la cancha de Colón. Bueno, en la cancha de Colón es una forma de decir: en realidad yo estaba fuera, en la calle, y desde atrás de la popular ataba las cajitas de vino con un hilo y los hinchas las subían, después —obvio, je— de mandarme la plata. Otra: juntaba 20 ó 30 vasitos usados y en los puestitos me los cambiaban por un chori.
—Por lo visto te gustaría tener una relación más estrecha con el fútbol...
—Y, sí, me gustaría hacer algún recital solamente para los jugadores de fútbol, por ejemplo. O cantar en esos eventos que organizan para festejar algo. Eso sí, che, les juro que iría gratis. Los futbolistas me escuchan y sería una forma de agradecerles...